martes, 13 de julio de 2010

Albertito - La colilla

El genial tema de Pla cuenta cómo la policía federal estadounidense perseguía a unos ilegales cruzando la frontera mexicana. Con tan mala fortuna que Carlos Cuesta, el último descendiente de Moctezuma, llevaba un cigarrillo en los labios cuando rebanaron su cabeza. La colilla encendida fue rodando hasta entrar en territorio yanqui. Y allí comenzó su devastadora andadura, porque «para una colilla la chispa de la vida no es la Coca-Cola, que es la gasolina», y al llegar hasta una estación de servicio cercana, explotó. Y otra chispa empalmó con la cañería de una refinería «y con tanto cableado tan bien comunicado, fue muy sencillo pa la colilla sembrar de fuego todo el estado». Pero ahí no quedó la cosa: otros cigarrillos del país «tirados, pisados, solos, despreciados», decidieron unirse para seguir rodando y quemando otros estados. «Era la orgía de las colillas». Explotaron centrales nucleares y arsenales militares, y aunque el presidente anunció a la nación que estaba todo controlado, «todo se estaba yendo al carajo y ni el Séptimo de Caballería pudo evitar tal carnicería». Luego llegaron maremotos, ciclones y terremotos, y mientras en el resto del mundo pensaban que era una megaproducción hollywoodiense con excelentes efectos especiales, la nación americana quedaba arrasada. «Y es que la colilla ya no sabía si estaba huyendo de la policía o simplemente se divertía, pero ella seguía y seguía». Era la venganza de Moctezuma.




Pd. Gracias Irene por haberme descubierto a este monstruo!

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